
Xibalbá era algo así como el infierno de los mayas. Para ellos lo sagrado y divino provenía de la tierra y no del cielo.
Sin embargo, hay autores que explican que los mayas creían en la enfermedad y la muerte como una etapa más de la existencia del ser humano.
A pesar del concepto tenebroso, Xibalbá no era considerado como un castigo. Se le da más una idea de inframundo.
Los mayas hacían ofrendas que llevaban a los muertos a Xibalbá.
A la gente del pueblo se le sepultaba en el suelo de sus casas, mientras que a la nobleza se les construía tumbas majestuosas.
Era común que sacrificaran a mujeres y sirvientes para servirles de compañía en su travesía, además de ofrendas con comida y joyería.
Los portales más importantes para entrar al Xibalbá eran las cuevas y cenotes.
Así lo demuestran algunos impresionantes lugares como la puerta al inframundo descubierta en las cuevas de Homún, en Yucatán.
Con información de Cultura Colectiva